Y ahora, ¿quién podrá defendernos?
Pero en esta ocasión no pretendo ser mensajero de malas noticias ni discutir lo que seguramente ustedes ya habrán escuchado en los medios informativos. La idea de esta columna es reflexionar en torno de una pregunta: y ahora, ¿quién podrá defendernos? El cuestionamiento obedece a que los recursos escasean, los consumidores están nerviosos y los expertos hablan de planes de contingencia de mediano a largo plazo.
Pero entonces, el gran interrogante es cuál debe ser la estrategia a aplicar para protegerse de la mejor manera y sostenerse, pues la consigna en el mundo técnico especializado parece ser resiste y vencerás.
Sin embargo, en reuniones sostenidas con jefes de ventas y mercadeo europeos, estadounidenses y latinoamericanos, encontré que los más avezados coincidieron en un detalle y es el manejo y entrega de información oportuna para sus clientes. No estoy hablando sólo del típico servicio y soporte, que siempre hemos mencionado como el factor diferenciador, sino que me refiero más concretamente a la necesidad de informar con más agresividad sobre las soluciones que una compañía está desarrollando para satisfacer ésta o aquella necesidad en el mercado.
Por lo general, en tiempos de crisis lo primero que se recorta es el marketing y esto es un error garrafal; es en este momento en el que todos bajan la guardia lo cual representa una magnífica oportunidad para los que se arriesgan. No gratuitamente las firmas más poderosas del planeta, si bien controlan sus gastos, no abandonan radicalmente su programa de promoción.
Así, en esta dirección, hay una oportunidad planteada para quienes no quieran tomar decisiones apresuradas y cancelen o deterioren los programas de comunicación con su clientela. La red ofrece hoy un sinnúmero de posibilidades para crecer en los mercados así que a aprovecharlas, pues ya no hay chapulines colorados que nos defiendan.