En conversaciones con integradores de la industria audiovisual de diferentes países de América Latina, además de resaltar el crecimiento en la región, hay dos temas que se han vuelto cada vez más comunes: el poco trabajo colaborativo entre las diferentes empresas de la región y la falta de ética en algunos para acceder a los negocios.
En el primer caso, señalan los integradores que en muchos casos resulta difícil juntar esfuerzos para realizar un proyecto de manera colaborativa, puesto que existen miedos y celos entre los colegas que en lo primero que siempre piensan es que el otro está buscando el quitarle el cliente, dañar el negocio, robar la información.
Sobre el por qué de esta situación, las explicaciones son diversas, aunque la mayoría llegan a la conclusión de la falta de madurez en la industria. Si bien está creciendo el número de instalaciones AV y negocios en la región, y contamos con integradores de amplia trayectoria que superan los 50 años, queda por superar lo que podría considerarse como una falencia administrativa y comercial en las empresas.
El segundo caso expuesto se acerca a lo ilegal. Sin distingo de país, los integradores se quejan de las malas prácticas de algunos colegas a la hora de buscar hacerse con una instalación o licitación, puesto que no les importa ejercer presiones indebidas, pagar por resultar beneficiados y bajar los presupuestos a cifras imposibles de cumplir para quedarse con el negocio.
Incluso, he escuchado de casos, sobre todo en el sector público o en grandes compañías, en los cuales son los mismos clientes los que exigen dinero a cambio de otorgar el contrato a una empresa determinada.
La unión hace la fuerza, dice un refrán popular. Y aplicado a la industria podría ser mucho más cierto. Es importante comprender que las malas prácticas lo único que logran es dañar el mercado y afectar el crecimiento que tanto alabamos y esperamos que continúe.
Espero atento sus comentarios sobre la industria audiovisual en [email protected]
Deje su comentario