Si bien los equipos electrónicos son diferentes para un escenario deportivo, un club nocturno o una edificación de oficinas, todos necesitan energía para su funcionamiento y de igual manera todos enfrentan los mismos peligros inherentes a la rejilla de energía. Generalmente lo primero que se viene a la cabeza cuando se habla del tema de los peligros de la energía AC es el rayo, especialmente en algunas zonas de Suramérica que experimentan los más altos impactos de relámpagos al año en el planeta.
Aunque estos fenómenos naturales pueden tener efectos devastadores en los equipos por la alta cantidad de energía que transmiten, no se puede desconocer que existen otros factores causantes de estragos en los aparatos electrónicos. En este sentido hay que tener en cuenta que la infraestructura de la energía AC fue construida hace más de 100 años, y aunque la tecnología en nuestros equipos ha evolucionado, el sistema básico para dar energía a los mismos sigue siendo anticuado y en muchas áreas presenta mal mantenimiento y tiene muchos problemas.
Por su diseño, las subestaciones de energía envían incontables impulsos a través del cableado AC a lo largo de una semana. Esto se debe al necesario cambio de un transformador (o suministro de subsestación) a otro durante el día, ajustando así las demandas altas. Este peligro oculto es la causa de muchos problemas aparentemente inexplicables y de muchos comportamientos erráticos en la electrónica actual, y sin la debida protección los problemas se manifestarán por sí mismos más frecuentemente con el paso del tiempo (mayores errores digitales, pérdidas de datos y distorsión, solo por nombrar unos cuantos).


