Colombia. El Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, celebrado cada año en Cali, es uno de los encuentros culturales más importantes de Colombia y el mayor referente de las tradiciones musicales del Pacífico.
Concebido como un espacio para visibilizar y preservar las raíces afrocolombianas, el evento reúne a agrupaciones, compositores e intérpretes que compiten en diferentes modalidades tradicionales como la marimba, la chirimía o los violines caucanos, siempre bajo la valoración de un jurado especializado.
La vigésimo novena edición tuvo lugar del 13 al 18 de agosto de 2025 en la Unidad Deportiva Alberto Galindo, conocida como la Ciudadela Petronio. Durante seis días, la ciudad de Cali se convirtió en el epicentro de la cultura del Pacífico, con la participación de más de 2.000 artistas y la asistencia de más de 800.000 personas. El festival se consolidó no sólo como un evento musical, sino como un escaparate integral de la identidad cultural de la región.
Para esta edición, las empresas Stage Entertainment y Dussan Iluminaciones se encargaron de la producción técnica, con sistemas ARA de DAS Audio que ofrecieron un sonido claro y potente tanto para los artistas como para el jurado y el público.
La vigésimo novena edición del Festival Petronio Álvarez se celebró en la Unidad Deportiva Alberto Galindo, un complejo situado en una zona densamente poblada de Cali y rodeado de varias unidades residenciales.
Esta ubicación planteaba un desafío evidente: garantizar una experiencia sonora de alta calidad para miles de asistentes sin afectar a los vecinos, en un contexto donde incluso las autoridades ambientales llevaron a cabo mediciones continuas de ruido para asegurar el cumplimiento de los niveles permitidos.
A ello se sumaba la necesidad de cubrir de manera uniforme un recinto abierto y concurrido, donde la audiencia se distribuía en distintas áreas a lo largo de más de 70 metros de distancia del escenario. El sistema debía mantener consistencia en todo el rango de frecuencias, evitando caídas de presión sonora o pérdidas de definición en puntos alejados.
El festival, además, se caracteriza por la enorme diversidad de géneros que confluyen en sus escenarios, desde orquestas sinfónicas hasta agrupaciones de música tradicional del Pacífico, pasando por propuestas urbanas y de salsa. Esta variedad demandaba una respuesta en frecuencia precisa, capaz de adaptarse a estilos muy diferentes sin perder claridad ni color.
El reto, en definitiva, consistía en ofrecer un sonido contundente y equilibrado, respetando las regulaciones ambientales y garantizando que tanto el público como los artistas disfrutaran de la experiencia sin generar conflictos con el entorno urbano inmediato.
Para afrontar los retos planteados por el entorno urbano y la magnitud del festival, se implementó una configuración completa basada en sistemas ARA. El equipo principal estuvo formado por 36 unidades de LARA-80, distribuidas en dos arreglos L/R de 18 sistemas cada uno, que proporcionaron la cobertura principal del recinto. A este despliegue se sumaron 8 unidades de LARA-80 como outfill, destinadas a reforzar una de las áreas laterales, así como 16 LARA-80 adicionales como delay para asegurar uniformidad en los puntos más alejados.
En la zona frontal se instalaron 6 LARA-100 que funcionaron como frontfill, garantizando claridad en las primeras filas. Para la gestión de bajas frecuencias se desplegaron 44 LARA-SUB: 28 en configuración de arco electrónico distribuidos por el frontal del escenario y 8 más por lado como end fire, asegurando la potencia necesaria para cubrir con solidez las necesidades del evento.
Uno de los aspectos más destacados del proyecto fue que todos los sistemas son cardioides, lo que permitió un control muy estable de la dispersión sonora y redujo de forma significativa el impacto hacia las zonas residenciales colindantes. El ingeniero de FOH, Juan Murillo, subrayó este punto: “Realmente aquí tenemos una problemática muy marcada y es que tenemos vecinos. Era muy importante conseguir una solución que no les afectara tanto”.
Además, la capacidad del sistema para mantener consistencia en todo el rango de frecuencias resultó fundamental ante la gran diversidad musical que caracteriza al Petronio. Como destacó Murillo: “Han pasado más de diez ingenieros aquí; hemos trabajado con orquestas sinfónicas, urbanos, tradicional, salsa y muchos otros formatos, y definitivamente es una marca y una opción que va a influir en mis riders”.
El éxito del despliegue con sistemas ARA se reflejó no sólo en la calidad percibida por el público, sino también en la satisfacción de los equipos técnicos y de los propios jurados del festival. Juan Camilo Fernández, system tech de Stage Entertainment, resumió la experiencia: “El sistema tiene dinámica, tiene fuerza, tiene headroom, tiene power, es definido y la verdad, el reto era muy grande pero el sistema se ha comportado de una manera increíble. Realmente estamos muy contentos con el sistema”.
El impacto fue igualmente evidente en el desarrollo de la competencia musical. Claudia Patricia Prado Lemos, del equipo de coordinación de jurados, señaló: “El sonido este año ha sido muy bueno, ha tenido una gran mejoría y nos ha permitido, tanto a los jurados como al equipo de coordinación poder valorar mejor a las agrupaciones.
Era importante que pudieran, en su puesta en escena, ser escuchados de manera ideal. Hemos podido valorar todo el esfuerzo, el trabajo y la preparación musical que han hecho. Escuchar cada instrumento, cada matiz de cada instrumento, los bajos, las composiciones que han hecho en sus canciones, las letras y la interpretación vocal”.

