Argentina. Desde su estreno el 30 de abril, El Eternauta se ha convertido en un fenómeno global. La serie argentina, basada en la icónica historieta de Héctor Germán Oesterheld y dirigida por Bruno Stagnaro, ha alcanzado el primer puesto en el ranking de Netflix en 87 países, incluyendo Argentina, España, Brasil, Alemania, India y Estados Unidos. Con más de 10,8 millones de visualizaciones en su primera semana, se posiciona como la serie de habla no inglesa más vista a nivel mundial.
Esta superproducción latinoamericana destaca por su narrativa poderosa, actuaciones sólidas y una producción técnica que rivaliza con las grandes series internacionales. Sin embargo, uno de los elementos más singulares y efectivos de la serie es el uso del medio Out of Home (OOH) como parte integral de su ambientación.
A lo largo de la serie, se integran más de 50 marcas reales en diversos formatos de publicidad exterior, como carteles, pantallas digitales y mobiliario urbano. Lejos de ser un mero decorado, estos elementos contribuyen a construir una Buenos Aires reconocible y auténtica, incluso en medio del caos apocalíptico que plantea la trama.
El OOH en *El Eternauta* no solo aporta realismo: actúa como un lenguaje visual que refuerza la identidad urbana y la cultura de lo cotidiano. Transforma los paisajes habitualmente inertes o genéricos de muchas ficciones de TV en espacios vivos, familiares, que podrían ser "la esquina de mi casa" para cualquier espectador. Este uso del OOH lo eleva a una dimensión simbólica: como huella urbana de lo que fue, como signo de lo que permanece. Lo que queda. Lo que resiste. Lo que comunica sin hablar.
En un contexto de ficción donde las ciudades se convierten en escenarios de resistencia y supervivencia, la publicidad exterior no solo no se diluye: destaca sin interrumpir, se integra sin tensar el relato. Se convierte en un testimonio silencioso de la vida urbana y comercial que precede a la catástrofe. *El Eternauta* demuestra que el OOH, lejos de volverse invisible, puede ser protagonista discreto que aporta profundidad narrativa, autenticidad visual y, sobre todo, una poderosa conexión emocional con la cultura urbana compartida.
Sin interrumpir ni tensionar la atención como sucede en los medios digitales, con una presencia que genera un estruendo visual sutil pero imposible de ignorar, registrar y recordar. No es interrupción ni es distracción, sino que es integración con el momento urbano cotidiano donde la audiencia se siente protagonista de “lo local”.
Desde nuestra posición en la industria, *El Eternauta* nos invita a mirarnos en ese espejo. El OOH está más vigente, activo y presente que nunca. Su valor no radica solo en la cobertura o el impacto visual, sino en su capacidad de integrarse de manera orgánica a la vida cotidiana. De comunicar desde la identidad, fundiéndose con la cultura urbana local. De ser parte del entorno sin forzar s
u presencia, de generar ruido visual, pero sin deformar ni abusar del recurso. Por el contrario, ostentando jerarquía y presencia solemne imposible de ignorar. Las marcas que entiendan esta lógica —como lo entendieron los realizadores de la serie— tienen hoy una enorme oportunidad: acercarse a las audiencias desde un lugar genuino, contundente y culturalmente resonante y generar un impacto duradero, porque no solo es impacto visual ni es interrupción visual a cualquier costo. Es conexión emotiva, cultural e identitaria y esa imagen vale más que mil palabras.
Y aunque las cifras y proyecciones que venimos analizando desde ALOOH muestran un panorama positivo de crecimiento sostenido para la publicidad Out of Home en América Latina, lo que nos deja *El Eternauta* es algo distinto: es una señal, un guiño poderoso, un aval cultural emitido por la audiencia masiva.
Es la confirmación de que el OOH no solo funciona —sino que emociona— cuando está bien integrado, cuando es parte viva del relato, de la ciudad y de la gente. Este tipo de validación, que surge de la cultura y no de cifras frías de mercado, viene de la calle y no del big data, es quizás uno de los impulsos más potentes que una industria como la nuestra puede recibir en este momento.
Y si ese impulso nos encuentra además con tecnología, formatos inteligentes y gestión digital conectada, no es casual: es un signo de época. El OOH no solo sigue vigente. Evoluciona.
Texto escrito por Luis M Gonzalez Lentijo – CEO de CityScreenLatam, empresa socia de la Cámara Latinoamericana de Out of Home.